Durante este
último tiempo se ha venido escuchando mucho sobre violencia. Las
constantes masacres que ocurrieron en Estados Unidos en los últimos
meses, desencadenadas por el tiroteo ocurrido en Colorado durante el
estreno de la película The Dark Knight Rises, al que le siguió el
tiroteo en Connecticut, y hace unos días el de Arizona . Ahora con
la asunción de Obama en su segundo mandato como una de sus
respuestas ante la condición que se encuentra el país, dedicó 10
millones de dólares para investigar el efecto de la violencia del
cine, la televisión y los videos juegos.
El problema comenzó con la declaración
que hizo James Holmes, responsable del tiroteo en el cine de
Colorado. Entre todas las cosas que dijo, el flaco afirmó que era
recurrente jugador de video juegos y jugaba Call of Duty; también
dijo que era el villano de Batman, como el Guasón y por eso se tiñó
el pelo de rojo (inexplicablemente porque el pelo del Guasón es
verde). Y parece que senadores de algunos estados de Estados Unidos
se concentraron en el detalle que jugaba videos juegos y no en el que
el tipo está desequilibrado mentalmente, y de su posible daltonismo.
En Southington, una comunidad de
Connecticut organizó una quema de videos juegos violentos o
cualquier otro elemento que “promueva” la violencia. Así
comenzó una quema de brujas para derivar las verdaderas causas de
los actos violentos que está sufriendo país. Ahora ustedes se
preguntaran, apoyando su pulgar en el mentón y mirando arriba con
aire reflexivo. ¿Es verdad que los juegos promueven la violencia?
No, no lo es, durante los últimos 10 años se han hecho estudios que
demuestran que no hay relación entre la violencia digital y la
violencia real.
Los juegos así como las películas
tiene un sistema de calificación por edad llamado ESRB
(Entertainment Software Rating Board, algo así como Escala de
Calificación de Software de Entretenimiento) que son otorgados a
cada juego determinando para que edad es. El chiste de esto es que
menores de la edad establecida del juego no puedan jugarlo. Pero son
los padres quienes compran los juegos a sus hijos. Vamos a mencionar
una encuesta hecha en USA por Common Sense Media que arrojó que un
75 por ciento de los padres encuestados creen que los juegos
violentos engendran violencia, de esos encuestados saltó que un 93
por ciento no supervisan lo que juegan sus hijos. Más de uno tuvo
que aclararse la garganta cuando le hicieron la pregunta.
La siguiente es la página de ESRB con
las especificación de las calificaciones, si vas a comprarle un
juego a tu hijo chequea la calificación antes de que descubras que
tu pibe de 12 años está arrancándole la cabeza con una cierra
eléctrica a peatones inocentes arriba de un auto que le robó a un
proxeneta con una prostituta muerta en el baúl.
Hoy en día hay muchos juegos
violentos, que son excelente para liberación de estrés, pero no
dejaría que mi hipotético hijo de 9 años los juegue. Sin embargo
varios de estos juegos ofrecen la opción o no de usar violencia.
Como un ejemplo, el juego Dishonored tiene un nivel que puede ser
considerado algo elevado de violencia, con la posibilidad de hacer
aparecer ratas del piso para que se coman a un enemigo hasta que solo
quede un torso
seguramente la violencia real este mucho más relacionada con las traicioneras actividades de los políticos que con cualquier clase de juegos violentos
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