A Florencia la querían todos. Hombres y mujeres, de cualquier edad, formación, nivel socioeconómico. Hasta que se paró en la vereda del gobierno. Eso provocó que el 46% de sus fans que no votaron a Cristina dejen de quererla.
Podría ser que Florencia lo entendió, y en un brusco giro de 180º grados, intentando recuperar el terreno perdido, decidió firmar un contrato con Tinelli, que casualmente, tiene su programa en Canal 13, una de las emisoras claves del grupo Clarín, principal enemigo público del gobierno. Algo difícil de digerir para muchos Cristinistas, kirchneristas y demás yerbas. Lo que no habrá pensado es que ahora puede, además, perder el grupo de fans afín al gobierno y no recuperar a los que dejaron de querarla.
(recuerdo encontrado en la mente de A. Fernández) |
También Aníbal Fernández dijo algo muy simpático, aunque justificándola (es casi seguro que él se quedó con una imagen de la Florencia de antes de reducirse el busto - ambos - que no le permite ver el interior de la persona): "Ella es muy íntegra en su manera de pensar. Si no cambió de manera de pensar y lo que decía lo decía porque realmente lo pensaba, y hoy le toca trabajar, porque estamos hablando de los garbanzos, hay que llevar el morfi a la casa, y le dan trabajo en Canal 13, ¿por qué no?", sostuvo. Nosotros no podemos dejar de preguntarnos, ¿garbanzos con 300 lucrecias? Si realmente lo hace, no le quedarán ni los familiares como fans.
Mientras tanto, aparecieron algunas imágenes en internet:
Pero Florencia Peña también se defiende sola. Ella dice "Soy libre de trabajar donde quiera. Yo soy actriz, no soy periodista ni política. Por ende, llevo mi arte a donde vaya". Y claro que puede llevar su arte adonde sea, de hecho, ahora todos creen que siempre está poniendo adelante su arte: ya no se sabe si lo que decía en en 2010 “mientras tenga consciencia y esté en mis cabales nunca más quiero hacer una nota para Clarín, no la estoy mendigando. A mí no me interesa estar en ese medio manchado con sangre", era parte de un guión de alguna comedia que se le cruzó por la cabeza en esa entrevista o si lo que hace ahora es parte de una gran puesta en escena. En resumen, Florencia, el arte es arte y la política, política. El problema es que tus convicciones no son convicciones.