Esta semana Lionel hizo por 16ta vez un hat-trick (tres goles) y alcanzó los 234 goles en el Barcelona, superando la barrera de César Rodríguez para convertirse en el máximo goleador de toda la historia del club catalán, el extranjero que más partidos jugó, más títulos ganó y el jugador más caro del mundo. ¿Qué le falta?
- Viste lo que hizo Messi?
- No, qué hizo?
- Clavó tres goles y ahora es el máximo goleador de la historia del Barcelona.
- Ah, sí.
Ah, sí. Eso provoca Messi. Que hablemos de logros que hasta hace un tiempo eran impensados con una naturalidad como si estuviéramos en presencia de algo normal. Un rosarino de 24 años (con lo cual uno supone le quedan más de 10 años de carrera) que bate todos los récords. Antes de Messi, era OBVIO que comparar a un futbolista con Maradona era sólo para amarillistas o gente que de fútbol no entiende nada. Hoy nos duele el orgullo sentir que nuestro Dios futbolístico puede ser alcanzado (superado, abatido, pónganle el adjetivo que consideren), a pesar que sea por otro argentino.
¿Se pueden comparar? No, las comparaciones son odiosas. Lo que hace Lionel o lo que hizo Diego no es deporte. Es otra cosa. Es arte. ¿Qué es mejor? ¿El David de Miguel Ángel o La Gioconda de Da Vinci? ¿Los Beatles o Los Rollings Stones? ¿Cortázar o Shakespeare?
Se lo acusa y pone en juicio acerca de que no levantó una Copa del Mundo. Supongamos que nunca la ganara. ¿Sería culpa de Messi? ¿Es que tener ese título enerva más sus cualidades? Repetimos: tiene 24 años y es el mayor goleador de la historia en el (permitan cierta subjetividad) mejor equipo de la historia.
¿Cuántos Premios Nobel de la Literatura ganó Borges? Ah. Ninguno. Y si nos ponemos a mirar quiénes ganaron un Premio Nobel de la Paz damos con Barack Obama. Con estas dos exposiciones llegamos a la conclusión que los títulos no simbolizan la verdad absoluta de nadie.
- Si yo fuera Messi, dejo el fútbol. Ya está.
- Por qué?
- Y, pensalo: tiene 24 años, no disfruta su guita, no está tranquilo en ningún lado, es el número uno y haga lo que haga siempre lo van a volver loco con que Maradona triunfó en un equipo más chico, como Argentinos o Nápoli, que nunca levantó una Copa del mundo… Hasta Cucciuffo levantó una Copa del Mundo! Mirá que lo quiero a Cucciuffo, pero es más que Messi?!
- Y pero qué hacés si dejás el fútbol?
- No sé, gano 35 millones de euros al año. Algo se me va a ocurrir.
- Vos si fueras Messi serías Cristiano Ronaldo, te diste cuenta?
- Sí, igual Messi me parece un pelotudo.
Porque encima de sus ya indiscutibles cualidades futbolísticas, Messi posee la carga de tener que ser Messi todo el tiempo. El tipo tranquilo, perfil bajo, al que no se le suben los humos y que tiene que encima recibir insultos cada vez que viene al país.
Y los argentinos no somos así. No aceptamos gente así. Necesitamos tener ídolos que sean pendencieros, prepotentes, agrandados, viciosos, que se consideren superiores al resto, irrespetuosos y hasta contradictorios. Messi va justamente a tratar de batir este récord que parece inalcanzable: los prejuicios argentinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario