jueves, 7 de junio de 2012

Trip Tour: Fiebre en Bangkok


Recorrer Nueva York en Febrero es una experiencia fantástica, la nieve sobre los rascacielos, las sopas en los encantadores barcitos del soho, las castañas calientes en las salidas de los subways, las largas caminatas en el central park con el solcito del mediodía. Es una ciudad única, fascinante.
Recorrer Bangkok en Febrero es una experiencia fantástica, la alegría del carnaval, las comidas exóticas en cada esquina, la frescura impensada dentro de los maravillosos templos budistas, los pasillos multicolores de los mercados, los personajes más surrealistas que existen. Es una ciudad única, fascinante.
Ahora, juntas casi me matan.
El que escribe paseando su bronceado
caribe al llegar a Bangkok
Eran las 2 de la mañana y parecía que recién paraba de nevar, yo ya estaba abajo de un loft que me habían prestado para pasar los últimos días en NY. En horas partía a pasar entre 4 y 8 meses viajando por el mundo. Esperaba el taxi que me llevaría una vez más al aeropuerto JFK para tomar el vuelo a Bangkok. Antes de salir pude ver en la tele que la temperatura era de -1º, me abrigué con todo lo que tenía y me fui abajo a esperar.
Una vez en el aeropuerto me acomodé y ya con la ropa en la mano por la terrible calefacción, empecé a prepararme para las 27 horas de avión que tenia por delante hasta llegar a Bangkok. Las escalas iban a ser dos, Los Angeles, con cambio de avión, y Hong Kong.
Las 27 horas pasaron y con más o menos, más que menos, cansancio llegué. El hoy Suvarnabhumi, el aeropuerto y puerta principal del Sud Este Asiático, estaba en obras así que no estaban listas las mangas que reciben a los pasajeros. Por lo tanto, bajamos por la típica escalerita a la intemperie y caminamos a migraciones. Salí del avión que me había dado una temperatura agradable, con mi remerita térmica, mi polar, campera y bufanda bajo el brazo. Bangkok me recibió con un medio día de 35º y una humedad que parecía la de la ciudad de Santa Fe pero multiplicada por cuatro y sumada la de Misiones y la Selva Chaqueña, juntas.
Como la 5ta avenida pero de Bangkok
Se ve que el tema del cambio de clima y el agotamiento no me cayeron muy bien que digamos porque me empecé a sentir mal ni bien estaba yendo del aeropuerto a Khao San Road, pero nada demasiado grave.
Khao San Road, es la calle de Bangkok donde se alojan todos los mochileros o viajeros con bajo presupuesto que llegan a Tailandia. Las 24 hs. la calle esta viva. Música, bares, extrañas comidas hechas en la calle. Desde cucarachas fritas a algún arroz con queso, negocios de lo que quieras - un supermercado a un tipo que te vende monos, casas de turismo, casas de cambio, estaciones de policías. Hippies, soldados, mochileros hasta ejecutivos atraídos por la calle en si, hombres, mujeres, travestis, todos y todo abierto, como dije, las 24 horas. Siempre iluminada, de día por el sol abrasador de Tailandia y por la noche por los miles de multicolores carteles de neón que tapan totalmente a las estrellas.
Cuando llegué a esta calle, serían las dos o tres de la tarde, los pantalones y la remera térmica que me había puesto en NY estaban haciendo estragos. La combi me dejó en la esquina desde donde pensaba ir a dormir. Me alojé en un Hostel de baño compartido, el Lek, guest house, y no presté mucha atención en el lugar ya que me quería ir rápido a tomar algo para apagar el calor que tenía. Cambié dinero, me acomodé en un bar de la calle y me tomé un jugo de naranjas helado acompañado de un arroz con mariscos. Tan atractivo como fulminante.
Mariscos esperando orden de ataque
A las dos horas estaba encerrado en la habitación con altísimos picos de fiebre, completamente descompuesto. Frío de Estados Unidos, más calor Tailandés, más mariscos de Dios sabe dónde, igual un cóctel explosivo.
Mi habitación era más o menos de dos metros treinta centímetros por uno con sesenta de ancho, transpiradas paredes grises, piso de mosaico marrón y un cielorraso de madera manchado por la humedad ambiente o alguna gotera ya arreglada del piso de arriba. En la pieza, entraba la cama, la mochila y una pequeña mesita de luz, el ventilador del techo apenas se movía, por lo tanto tiraba poco y nada de aire, sumado a que quién sabe por qué cuando estaba prendido se apagaba la luz. La ventana daba un pasillo que salía a Khao San en el cual había un puesto de CD truchos de música tecno, lógicamente, con la música a full durante todo el día y que martillaba en mi cabeza sin ningún descanso.
Cuando paraba de temblar y estaba empapado de calor, aprovechaba y salía a darme una ducha de agua fría (a los baños compartidos). Ese momento era aprovechado por la señora dueña del Hostel, que se me venia encima a preguntarme a los gritos algo que nunca pude entender. Seguramente, la señora pensaba que mi estado de salud tan lamentable era la consecuencia del uso de alguna droga, por lo que me gritaba muy alto y lo único que yo entendía era Police, police!
No sabía si era de noche o de día. Las horas pasaban hasta que en un momento pude mejorarme. Estuve en ese estado durante cuatro días consecutivos.
Más víctimas del devastador  coctail
de jugo de naranja helado + mariscos
Una vez recuperado, lo primero que hice fue cambiarme de hostel. Esa mujer continuaba tratándome mal y yo solo seguía entendiendo Police,police! Al rato conseguí otra habitación en la esquina de un pasillo rodeado de lagartijas y cucarachas pero con mucha mejor onda y sin música tecno. Casi un cinco estrellas a esa altura.
A partir de ahí, empecé a disfrutar un Bangkok que te atrapa, lo que puede ser muy peligroso. Una vez que uno la conoce un poco es increíble. Es una capital en la que todo está llevado al extremo y explota. Los excesos, el sexo, las comidas, los personajes, los rickshaws, el trancito, los canales, el calor, todo esta potenciado en Bangkok.
La alegría del carnaval, las comidas exóticas en cada esquina, la frescura impensada dentro de los maravillosos templos budistas, los pasillos multicolores de los mercados, los personajes más surrealistas que existen. Es una ciudad única, fascinante.

Ramón Herrera

4 comentarios:

  1. Gran nota, mi amigo, pero la próxima vez que vaya a bangkok se me saca la térmica

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  2. Excelente experiencia Ramón (un grande). La próxima vamos juntos...

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  3. Buenísima.....me encantó la parte de la mujer..llamando a la Police!!!jaja

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  4. Muy buen relato ! Excelentes descripciones. Me encantó.

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