Tema áspero, tomado con soda. Estos días, lo que más se ve por televisión es el asesinato del gobernador de Río Negro, aparentemente, a cargo de su señora esposa. Suceso del que todos estamos enterados, nos consterna y nos provoca un montón de comentarios. Dicen que la dama no estaba en sus cabales cuando lo hizo, eran las 5 de la mañana del 1ro de enero. Si estaba despierta a esa hora, podría ser porque la habrían mandado a lavar los platos (el gobernador era bastante bravo) o porque seguiría bebiendo y festejando como la mayoría de los cristianos. Por enojo o por borrachera, en ambos casos, podría estar cegada. Pero otros dicen que estaría totalmente cuerda en ese momento. La cuestión es que si esta señora pensó que podría no ser descubierta, evidentemente sí estaría mal de la cabeza, de esto no caben dudas: su esposo no era más ni menos que el tipo más importante de la provincia. Alguien en el trabajo se preguntaría ¿nadie vio al Gobernador? Hace varios días que no me lo cruzo por los sanitarios. O en un asado de amigos, cuando no llegue con las achuras y el vino.
Posiblemente, la esposa haya pensado también que podrían acusar a la oposición. Aunque difícil de creer. La contra no te quiere muerto, te quiere ver sufrir, perder todo el poder, ser humillado ante la gente. Esto es distinto.
Los móviles podrían haber sido muchos. El más firme: él le habría dicho que no le gustó el pionono y ella reaccionó diciéndole Tomá este corchazo. De todos modos, el móvil poco importa ahora.
A la primera dama de la provincia le hubiera venido bien prepararse para el caso, ante el supuesto público que haya sido ella la autora. Liquidar a un marido es un tema delicado, más si es una figura, pero como todas las cosas, se puede hacer bien. Cualquier persona un poco perversa pero determinada puede encontrar información valiosa en internet. Por ejemplo, hay detalles sobre la técnica de La licuadora. Dice que, cuando el marido se duerme, conviene hacerlo después de haya ingestado suficiente alcohol, se le introduce una bara metálica de unos 20 cm a través del oído, martillándolo de un solo golpe preciso y fuerte. Esto provocará una muerte casi inmediata y silenciosa. Posteriormente, se debe trozar el cuerpo, para lo cual es necesario contar con las herramientas que permitan cortar los huesos. El próximo paso será reconvertir las piezas. Para ello se necesita una licuadora de cuchillas resistentes y recipiente grande, donde se introducirán las partes. Una vez disueltas, se arrojarán a la pileta de la cocina, de a una y se hará correr el agua. Este proceso lleva tiempo y requiere de paciencia. Pero es muy efectivo. Ver detalles en película brasilera …
Un libro de un periodista conocido ofrece detalles sobre una técnica parecida, aunque le da muerte de un golpe fuerte en la cabeza, siempre con un objeto metálico de peso, y sigue con un procedimiento similar al de la licuadora. Pero en vez de ésta, continúa colocando las piezas del cuerpo en un recipiente suficientemente amplio, con ácido sulfúrico. Se debe dejar reposar por varios días, hasta que el mismo disuelva todas las partes blandas. Llegado este punto, el recipiente se puede convertir en un maceta, donde convivirán huesos, tierra y raíces. Esta técnica casi no deja rastros, aunque requiere de varios días para ser finalizado.
Simple y efectiva es la salida de vacaciones a una zona montañosa. Llevarlo a hacer una recorrida de trecking por las montañas. Una vez alejados de la zona transitada, pedirle salir del camino para conocer otros lugares. Decirle que vaya adelante porque tienes un poco de temor y cuando se acerquen a un acantilado, zás, va el empujón. Solo hay que tener la precaución de que puede salvarse, por lo que mientras se lo empuja se deberá simular una caída sobre él. De ese modo, si se salva no dudará de tus buenas intenciones. En caso de que todo salga bien, tu dirás solo que resbaló.
Las propuestas siguen. Como la del envenenamiento sistemático en la copa de vino, el cambio de contenido del medicamento cuando viaja, que asegura una muerte en otro lugar y despeja dudas. Entre otras muchas más. En síntesis, la información está. Si te vas a mandar un cagadón de tu vida, solo tenés que dedicarle más tiempo y aprovecharla.
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