José Luis Gioia no es Capusotto, eso está más que claro. Pero tampoco es Matías Alé. Está bien, Gioia en ningún momento supo hacerle frente a los silbidos del público. Pero el final con “ahora esperen una hora hasta que llegue Juan Gabriel”, merece todos los aplausos.
jueves, 9 de febrero de 2012
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