La esposa del sacerdote gozaría del perdón permanente, pero al cura no le gusta mucho esa idea. |
Lo que, seguramente, no afectaría en nada el liderazgo espiritual que hoy profesan y hasta lo revalidaría, como si fuera un aggiornamiento necesario a las costumbres de estas épocas. Y por qué no decirlo, también vendría a mejorar muchas situaciones de abuso de menores, perversión y desvíos morales, que la misma iglesia se encarga de condenar, aunque muy pocas veces lo hace en realidad. Sin ir más lejos, de cerca nos tocan casos como los de Storni, el ya fallecido ex monseñor que fue condenado por abuso sexual a un seminarista (el único probado) y que después fue absurdamente absuelto, al ser anulado el juicio al que fue sometido. O el increíble y aberrante caso del cura Ilarraz, del Seminario de Paraná, Entre Ríos, que abusó de más de cincuenta chicos y nunca fue denunciado ni mucho menos juzgado por sus delitos graves en la justicia. Al punto que estaría profesando su rol de religioso en otra provincia. A este tipo, la misma Iglesia, ya con conocimiento de los hechos, lo habría enviado al vaticano, donde hasta habría llegado a escribir un libro sobre los chicos y su rol de misioneros para estos tiempos. Espantoso es todo el relato de este caso de abuso, al forma de operar del cura, de abordar a los chicos. Un caso del que la Iglesia no solo supo sino que investigó con minuciosidad y a la vez ocultó a la justicia argentina (más datos de este caso aquí). Y como este, se repiten cantidad de situaciones a lo largo y a lo ancho de las tierras ocupadas por la Iglesia católica, en todo el mundo.
El Proyecto Lugo habría fracasado: pudo ser buen cura, buen presidente y buen padre de familia. Pero no. |
Otra de las cuestiones estaría en que, si Jesus tuvo una esposa, posiblemente haya tenido hijos. Lo que generaría un árbol genealógico que, quién sabe, hasta podría llegar a nuestros días, como contaba el libro Santa Sangre en el que Dan Brown basó algunas ideas para su best seller El Código Da Vinci.
Algunos ya experimentarían en ambientes familiares por si se probara lo de Jesús y la Iglesia diera rienda libre. Siempre listos. |
Algunos voceros de la Iglesia ya se pronunciaron en relación al caso del papiro encontrado hace pocos días, pero niegan la autenticidad del mismo. Lo hacen de manera difusa, total o parcialmente, como un mecanismo habitual de pronunciación institucional, nunca con precisión, para dejar abierta la posibilidad de acomodar su posición a la conveniencia del momento y la situación.
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