Estos días volvieron a ser movidos para el juez Oyarbide, ya famoso por un montón de cosas de su vida privada y de su vida profesional.
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- Hola, si, mandame un cacerolazo a la puerta de casa. Te pago con cambio. |
En su juzgado había caído la causa contra Moreno, el secretario de comercio de Cristina, impulsada por una mujer que acusaba a este de abuso de la autoridad, maltrato y otras cuestiones. En sí mismo, el tema era menor, pero se dimensionó a partir de los comentarios que salen en todos los medios sobre la habitual forma de proceder del secretario y se sobredimensionó cuando la opinión en general se enteró que otra causa contra personas del gobierno quedaban bajo el juicio de Oyarbide. Recordemos que el magistrado no es bien visto en algunos sectores que lo acusan de favorecer al kirchnerismo en las causas en las que le toca actuar. Algunas de estas fueron sobre enriquecimiento ilícito de Cristina y Néstor, de la que resultaron absueltos, los desvíos de fondos de la Fundación de la Madres de Plaza de Mayo, enriquecimiento ilícito del antes secretario de transporte Ricardo Jaime, coimas por la empresa Skanska, escuchas ilegales contra Macri, incompatibilidad de funciones de Albistur, mafia de los medicamentos, etc.
La primera reacción de algunos medios y de mucha gente fue de desacuerdo, aduciendo en general que todas las causas bravas contra el gobierno nacional las maneja Oyarbide y nunca sale nadie (del gobierno) golpeado. Lo que terminó generando un especie de escrache / cacerolazo frente a la casa del juez, que después provocó que este se excluyera de la causa argumentando su decisión en una cuestión de "violencia moral y por la la garantía del juez imparcial". Podríamos decir que le vino como anillo al dedo y otras comparaciones del tipo que no vienen al caso.
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Heil Kristen! El soldado de la presidenta no tiene de qué preocuparse. |
Lo cierto es que excusarse de ésta lo saca un poco de primer plano, al que Oyarbide nos tiene acostumbrados, últimamente, con un grado de duda por cómo se fueron dando sus fallos en general. Aunque también, desde lo personal, siempre ha hecho lo posible para estar en las tapas de las revistas. Recuerden el video que lo tuvo como protagonista en un prostíbulo gay o el despiole con el anillo de diamantes de u$s 150.000 de difícil justificación para sus ingresos regulares que, supuestamente, habría alquilado en Uruguay. Descansar de los flashes será bueno para todos.
Ahora la causa le toca a Rafecas, otro juez que tuvo sus causas, como la del vice y Ciccone Calcográfica de la que debió apartarse, pero que fue ascendido por el mismo Kirchner.
Lo probable es que en pocos días no se hablará más de esto.
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