jueves, 3 de noviembre de 2011
Un vals a pura coreografía
Estás en un casamiento, con todas las ceremonias posibles. Te tuviste que morfar la misa, te trajeron la cena en cuotas mínimas, te bancaste el ingreso de los mozos con la mesa de dulces en una presentación coreografiada como si estuvieras a punto de comerte al último panda vivo. Y encima llega la hora del vals. ¿Pero qué pasa si es el mejor baile entre padre e hija en la historia de los casamientos?
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