jueves, 26 de abril de 2012

Sobre C5N, Hadad, Alberto y cosas que no quedan claras.


Te vamos informando para que no te lleves una sorpresa: el peronista (por la pera que tiene, eh) Danielito Hadad vendió sus medios a Cristóbal López, un empresario K y jefe del Grupo Indalo. A cambio de 40 millones de dólares, C5N, Radio 10 (líder en AM), Mega, PoP, TKM, y Vale pasan a ser más nacionales y populares que nunca.
Este hecho nos plantea una nueva pregunta: ¿De qué o quién hablamos ahora cuando hablamos de Corpo? ¿Qué onda con los multimedios?
De esta manera, el programa Cada Mañana de Longobardi que se emite por Radio 10, podría pasar a llamarse K de Mañana. Un mini-informativo que detallaría cómo una persona a cambio de plata puede modificar sus ideologías, aunque sólo sea por la mañana.
Feinmann por su parte seguiría igual que siempre (ingrese aquí el improperio que usted crea más conveniente), sólo que él quizás crea que todo lo que dice es nacional y popular, y no se daría cuenta que sigue siendo nacional y popularmente el mismo (ingrese aquí el adjetivo que crea más conveniente) de siempre.
En otro plano completamente opuesto, Alberto BigotitoDeCantinflas Fernández lo pasó a nafta: se supo que cobra 25 mil pesos mensuales en calidad de Consultor/lobbysta para Repsol /YPF. Es así que todas las opiniones que estuvo emitiendo esta semana en cuanto programa opositor se preste en relación al tema de la expropiación de la empresa de sus jefes, tienen una fuente muy segura: su billetera.
En forma de defensa, el señor ex todo se excusó: “no sabía que había que aclarar que yo soy empleado de Repsol / YPF”. Claro, es un detalle menor. Como el hecho que Florencia K utilice el avión presidencial como si fuera un taxi. Menos mal que ahora a la nafta la aportamos entre todos.
Pero este cambio de ideologías y pensamientos llamativos vienen desde hace rato: llamó la atención ver a Víctor Hugo Morales enarbolar la bandera del kirchnerismo como la salvación y la única luz en el camino, como así también al gordo Lanata pasar a la corporación que durante toda su vida atacó.
En fin, ya nada nos queda claro. La única certeza que tenemos es que sostener a través del tiempo una ideología está cotizando en baja y el cuánto te pagan para que pienses como los demás está apuntando en alza. 


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