Un tremenda boludez, pero cuando a uno le toca comerse uno de estos pastelitos llamados elegantemente Cupcakes (capqueics para los monolenguas), y está frente a alguna dama a la que pretende impresionar, la cosa se pone peluda. Bueno, es justo ahí cuando uno recuerda esta tontería que vio en iutú. Y que termina reinvindicando nuestro querido alfajor.
jueves, 4 de octubre de 2012
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