jueves, 10 de mayo de 2012

Los muertos vivos tienen ley ¿y los vivos muertos?



Ayer se aprobaron dos nuevas leyes en el Senado: Ley de Identidad de Género y Ley de Muerte Digna.
La primera trata sobre la posibilidad de que cada persona pueda elegir su propia identidad acorde a su identidad autopercibida, esto es determinar su nombre y sexo en el DNI en función de lo que quiera ser. Desde ahora, Ricardo Carlos puede pasar a llamarse Marilyn si así lo desea, o también Ulises, si esa es su voluntad.
Además, esta ley contempla que los mayores de 18 años puedan acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, "sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa". No más viajes guillotinarios a Chile, en resumen.
Pero es en la ley de muerte digna en la que queremos reparar. Votado por unanimidad, el proyecto que fue declarado ley establece que en caso de enfermedad terminal o incurable, los pacientes o sus familiares podrán evitar que se mantengan tratamientos a toda costa. Y se podrán firmar “directivas anticipadas”. En buena hora, los legisladores se pusieron a pensar en la gente que sufre en este país por causas en las que ellos no tienen que ver. Sorprende que la Iglesia no se haya pronunciado en contra todavía, a lo mejor habrá que esperar a que encuentren argumentos sólidos. Pero tranquilos, los van a encontrar.
Rápidamente los periodistas amarillentos de turno, cuales Kent Brockman de Los Simpson, fueron disparados a hablar con Lilian Clarke, madre de Gustavo Cerati (otro ninguneo más a Charly y van…). Aunque difícil es pensar que alguna madre podría desenchufar la ilusión de volver a tener a su hijo, la señora les respondió lo que todos esperábamos con decoro y mucho respeto. Los tendría que haber mandado a freÍr churros.
De todas maneras, nosotros creemos que es conveniente que hablemos acerca del proyecto que todavía no tuvo el quórum necesario: la ley de vida digna.
Aparentemente, para aspirar en un futuro a algún sueño, como tener una casa propia o un auto y al mismo tiempo no terminar enredado en algún asunto legal importante, deberá esperar. Deberá esperar el sueño de darle sin problemas a tus hijos la educación que se merecen, como también la de acceder a algún Gadget electrónico sin necesidad de tener que hipotecar 4 ó 5 meses de sueldo. Todavía no es momento para que en la tierra de las carnes más ricas del mundo, puedas comerte un asado semanal sin la necesidad de que el resto de la semana vivas a arroz.
Menos es, quizás, el momento de una vida digna, con la posibilidad de disfrutar de alguno de los tantos espectáculos internacionales que vienen a Buenos Aires, exclusivos para un puñado de gente, sin tener que conseguir una changuita extra para poder solventar los gastos.
Bien por los legisladores que con la ley de muerte digna pensaron en la gente que sufre por enfermedades terminales. Mal por ellos, que todavía no piensan en leyes de vida digna que demuestren que se interesan por todos los demás argentinos que sufren sin estar enfermos. Todavía. 

1 comentario:

  1. o mejor que un gadget electrónico por ahí poder comer arroz todos los dias y no dia por medio. o tomar leche. o tener frazadas o....

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