jueves, 13 de septiembre de 2012

Rosario se puso áspera

Los hechos de violencia que se produjeron en Rosario en los últimos días y que han sido notas principales en los medios locales dejan un manto de preocupación en la población, que si bien está casi acostumbrada a los robos, arrebatos y otras formas de delincuencia, no se adecua a estos extremos.
- A mí ya me robaron 8 veces, a vos?
- A mí 7 pero hoy sumo, vuelvo a
casa caminando solo.
El asesinato a balazos a quemarropa de una persona en su auto, frente a su mujer y a su pequeño hijo, a cargo de un asesino que sabía a quien buscaba, en el semáforo de Entre Rios y 27 de febrero. El intento de asesinato de un hombre que salía de una florería en Callao y San Juan, que también recibió varios tiros y se salvó de milagro. El atentado a la concesionaria Porsche, que tirotearon durante la noche, pese a que tiene vigilancia y está en un sitio muy concurrido. La balacera a la otra concesionaria de autos usados, todavía no inaugurada, que sería propiedad de Capozuca, ocurrida un día después de la anterior. El robo a la intendenta de los días pasados. La muerte de la ciclista atacada en la costanera. El intento de homicidio al abogado penalista. Hechos mediáticos que suman inseguridad, miedo y ayudan a crear conciencia sobre la real situación de la seguridad en esta región.
Cuando veíamos todo lo que pasa en Buenos Aires sentíamos que afortunadamente vivíamos en Rosario, una ciudad más tranquila y segura. Donde se podía andar en auto con la ventanilla baja, parar en los semáforos y que no te pasara nada. Donde tus hijos podían ir solos al colegio sin que te preocupes pensando en su seguridad. Donde podías dejar el auto estacionado en la calle por un rato sin pensar en que cuando vuelvas por ahí no estaría. Donde salir de vacaciones no implicaba tener miedo de encontrar la casa vacía a la vuelta. Donde los ancianos podían abrirle la puerta de la casa a cualquiera que tocara el timbre. Donde llevar un depósito al banco no era ser un blanco fácil. Todo eso es pasado. Hoy en Rosario pasa lo mismo que pasa en cualquier ciudad del conourbano bonaerense, y que en Buenos Aires mismo.
No es porque ando con los sueldos
de los empleados encima, es el
 desodorante.
La cuestión es cómo se mejora esta situación. Ya no pasa un día, o un rato en el caso de los que les toca   estar mucho tiempo en la calle, que no tengas esa espantosa sensación de que podés ser víctima de un delito, y de varias clases. Ni hablar de la persecuta que tienen los que mueven dinero por cuestiones de trabajo, que deben andar disimulando todo el tiempo porque saben que ante el primer indicio de que llevan efectivo, pueden ser abordados por delincuentes que están al acecho. Y no solo tener pérdidas económicas, hasta perder la vida. Entonces, ¿cómo se mejora esto? Lo primero, sin dudas, es dejando de pensar que mientras a uno no lo toque de cerca, bueno, no debe ser tan grave. Esto que es tan común entre todos nosotros, que preferimos tener dinero en el bolsillo en vez de seguridad y tranquilidad. Que decidimos en función de nuestros intereses personales en vez del bien general. Habría que dar un paso adelante y hacerse cargo de lo que nos toca a cada uno. En este caso, no mirar para otro lado, participar, denunciar, colaborar y en algunos casos, hasta enfrentar la situación. Digamos, si tenés que reclamarle a alguien, hacelo.
- No hacemos diferencias.
La seguridad es para todos
igual: muy poca.
De todos modos, hay responsables que tienen que tomar decisiones en este tema. La seguridad es incumbencia del gobierno provincial. Una responsabilidad no menor que por el momento no está siendo asumida como esperamos los santafecinos, por lo menos, los que vivimos en Rosario. Hace poco, cuando sucedió el robo a la intendenta, el secretario de gobierno dio a entender que lo que sucedía era común a todos, que nadie tenía coronita, intentando reflejar que el problema era general. Claro que lo es, señor Lamberto, pero más preocupa cuando hasta los líderes que tienen la responsabilidad sobre todos los demás están tan expuestos como el resto. Eso quiere decir que falta capacidad en este aspecto, contrariamente a la experiencia que tienen en aumentar los impuestos, como se acaba de aprobar en la cámara baja provincial. En este sentido, podemos quedarnos tranquilos que avanzan a paso firme.
Seguramente es hora de cambiar algunas cosas en materia de seguridad, conseguir el consenso de las cámaras como los gobernantes saben hacerlo, y tomar decisiones. La gente no solo está para pagar impuestos y bancar a los políticos de turno.

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