jueves, 31 de mayo de 2012

El que apuesta al dólar, pierde II (salvo algunas excepciones).


El verde maduró de golpe. Bah, una serie de golpes. Primero con las restricciones a la compra de dólares, que provocó un dólar “blue” que se disparó a 6 y pico en el mercado negro. Segundo, con todos los que salen al juego. Por supuesto que tiene el lado simpático, como todo lo que pasa en este país, pero lo más interesante es que desde el gobierno pasan un discurso que intenta ser creíble y desde el mismo gobierno se encargan de arruinar sus argumentos, haciendo todo lo contrario.
El diputado Abal Medina dijo en la cámara que hay que desdolarizar, en referencia a la costumbre nacional de ahorrar en verdes y usar esa moneda como referencia económica, en detrimento del peso y de su valoración popular. El diputado es un fiel abanderado k, que, lógicamente, no  hubiera imaginado que atrás de su discurso saldría información sobre los ahorros de los funcionarios y estos mismos defendiendo posiciones contrarias a la política del gobierno.
"Jajaja, en pesos solo tengo las deudas!"
Aníbal habría confesado en un asado.
El más destacado es Aníbal MarioBros Fernández. “Hay que creer en el peso” insistía pero después reconoció que él mismo atesora en dólares, y afirmó: “no soy idiota de vender mi tesoro a 4,49 o al precio que pague el mercado negro”. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿es o no es? (todos sabemos que ni un pelo de su bigote). Y agregó que "Tengo dólares porque se me antoja, hago lo que quiero con mi plata", a lo que le hubiera faltado agregar que no le importa nada lo que piense Cristina y mucho menos lo que vaya a pensar la gente. Como para dejarlo bien claro, después le dijo a Rial que tiene 24.000 verdes, que estarían bajo el colchón o en algún lugar. Pero Cristina le pasó factura en un acto preguntándole si tomó Vivarachol ese día.
Con esto saltaron todos los medios a meter el dato. Que la presidenta había declarado (en la declaración jurada de 2008, en el apartado del documento dedicado al conyugue) que Néstor registraba 3.066.632 dólares en depósitos a plazo fijo, además de 21.507.995 en pesos bajo la misma modalidad. No te asombres por los montos, sí hacelo por cómo se contradicen con eso del beneficio de desdolarizar. Que Julio de Vido tenía tantos dólares, que Timmerman otro tanto, que Randazzo tanto, Alicia K, Deborah Giorgi, en fin, todos ahorran en verdes.
Otro que marcó el rumbo es Facundo Moyano, el hijo del mandamás obrero, que contó abiertamente que su gremio compra dólares para no perder capital. Más claro, compralos en ventanilla. Hijo’e tigre, habrá pensado el padre.
Uno ve como reaccionan todos los políticos argentinos y después mira a Lula, el ex presidente de Brasil, cuyo origen político es verdaderamente popular y obrero, y se da cuenta que el tipo es grande, se retiró del gobierno con una declaración jurada en la que acusa tener solo dos departamentos. A lo mejor tiene un montón de testaferros, puede ser, si así fuera por lo menos intenta disimularlo. O al uruguayo, que es un ejemplo. Acá no les preocupa nada.
El verde nunca tuvo tantos seguidores,
ni cuando jugaban Márcico y Arregui.
Lo que pasa es que la desdolarización forzosa, porque esto no sería otra cosa, ya genera un montón de reacciones. Para comenzar, provocó una fiebre por el verde que no existía ni en las mejores épocas de Ferrocarril Oeste. Es como cuando le sacás algo a un nene: no importa que no lo hayan estado usando, lo quiere, lo necesita y lo merece tener. La compulsiva compra de dólares de la forma y al precio que sea. A través de billetes o de la adquisición de otras formas, por ejemplo, bienes importados. Lo que provoca también que, al no haber reposición de estas ofertas por las trabas aduaneras, comience a notarse desabastecimiento en algunos productos de origen extranjero.
Y acá la cosa se pone más intensa. Porque esto también influye sobre la posibilidad de salir del país, porque si bien nos referimos al dólar, hablamos en realidad de todas las monedas. Hoy cuesta ir al Uruguay por una semana, a caminar por Colonia. Ni hablar de tomarse un avión para pasar unos días en cualquier otro lado. Primero habrá que asegurarse cómo comprar los billetes, aunque tengas los ahorros de toda la vida. Si el gobierno no quiere que salgas del país, no saldrás. Lo que afecta las propuestas de las agencias de viaje, que empezarían a ofrecer lugares aún no explotados turísticamente: bajan los cartelitos de Europa e Indonesia y suben El Zapato, Córdoba. O Chapadmalal en otoño con visita guiada a la residencia presidencial. Y empiezan a destacarse Crucero por el delta del Paraná y rejuvenecen el mercado de jubilados de las Termas de Rio Hondo y lo convierten en punto obligado de solos y solas, y mucho más.
El llanto de Drogba al
enterarse que no va a River.
También afectaría al fútbol y a su mercado de pases de invierno. De no ascender, River se complicaría aún más para traer a los recientemente declarados simpatizantes de la banda como Drogba, Lampard y Muniain. A cambio, harían un esfuercito por contratar a Mauro Matos, al tano Gracián y a Defederico.
Ni hablar de conseguir el repuesto de la licuadora, un control remoto para el tele de leds, o juegos para la play 3 de los pibitos, que además falla y a la que se le terminó la garantía la semana pasada. Seguirá fallando.
El gobierno habla de desdolarización pero sus funcionarios hacen todo lo contrario, entonces nos damos cuenta que ni ellos creen en lo que dicen y todos, por si antes eran solo algunos, queremos dólares porque está más claro que nunca que se va para arriba. Lo que fácilmente puede ser beneficioso en cuestiones pequeñas, como compras en dólares con tarjeta o de productos de alcance internacional, que se valúan en precio moneda oficial, a la larga sabemos que traerá una tremenda consecuencia para todos. Se desavalorizará todo, y recién más tarde, quién sabe dentro de cuánto, se revalorizará de nuevo. Conocido cuento de idas y vueltas que podría sintetizar la historia de la economía argentina y, posiblemente, el sufrir de casi todos los argentinos.

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