Presidenta Interina no sabe bien qué hacer

En estos días se produjo un vacío de poder que, si bien el sistema democrático argentino prevee, los usuarios del mismo no tenemos muy  en claro. La cuestión es que no quedó ni el loro por varios motivos y el sillón de Rivadavia estaba vacío. Veamos.

La presidenta CFK y una comitiva con varios de los más importantes personjes del gobierno están en estos días en Angola, haciendo convenios comerciales. Como típico argentino que siempre se creyó superior a la mayoría, uno piensa ¿Qué negocios podemos hacer con Angola, donde están todos en la lona? Lo cierto es que la comitiva comercial argentina hace su segundo viaje (recordar el anterior que lideró Moreno y ver video de reportaje adjunto imperdible por la destreza de este en el manejo del idioma portugués) y es el vagón de cola de un cargamento de "muestras" que salió hace ya varios días en barco, que lleva desde animales vivos hasta zapatillas comercializadas por la gente del centro comercial La Salada (lo de centro comercial la da una importancia superlativa y se aceptan críticas de cualquier índole). Es posible que las expectativas de negocios ahora sean realidades.

Presidente angoleño pero muy peronista

Lo que sí es seguro es que Cristina dejó su sillón en busca de petróleo. Y raro es que va a buscarlo a un país donde el 40% de sus habitantes viven bajo la línea de pobreza y donde la concentración de poder es exageradamente alta. Se ve que la presidenta prioriza el bienestar de todos nosotros, y está obligada a dejar de lado los sufrimientos ajenos.

Ahora, ¿qué sabemos de Angola? Que es uno de los países más corruptos del mundo. Lo gobierna un tipo que se llama dos Santos, desde hace más de 30 años. Pero peor todavía es que la reforma a la constitución que hizo hace unos años le permite seguir en el poder durante 13 años más. El tipo va a completar nada menos que 49 años el frente del gobierno. Uno podría imaginar a un señor con grandes convicciones, un compromiso tan fuerte que lo ha destinado al sacrificio de una vida entera dedicada al pueblo angoleño. Nada más lejano. La familia de dos Santos es la dueña de, literalmente, casi todo el país. Los hijos del mandamás manejan las empresas familiares, que están involucradas en cuanto negocio se le pueda ocurrir. Desde recolección de basura, alimentos y bancos, hasta exportación de diamantes. Pero eso de ser un de los países más corruptos no es una apreciación nomás. Un informe de Human Rights Watch, que es una institución internacional que se dedica a monitorear los derechos humanos alrededor de todo el mundo, dijo que en Angola tiene uno de los índices de corrupción gubernamental más altos del mundo.

Como si fuera poco, la comitiva comercial argentina, complementaria de la "oficial", llevó también a un seleccionado argentino de basquet. Sí, van unos diecisiete, dieciocho lungos a jugar un par de partidos con la selección angoleña. Cualquiera diría que se van de parranda, pero la realidad es que el basquet es el deporte principal de Angola y su selección ha tenido buenos desempeños en los últimos mundiales. Por lo que, si estabas pensando lo que la mayoría cuando se enteran de esta gira deportiva, justo en este momento, no te dejes llevar por los impulsos. Pero no nos desviemos.

"Correligionarios peronistas",
habría dicho a sus seguidores

A la ausencia de la presidenta se suma que don Amado Boudou, reemplazante natural, está en Ginebra (no "sumergido en", aunque con los quilombetes que tiene, podría), haciendo unos trámites ante la Cruz Roja Internacional y representando a Cristina en la entrega de un reconocimiento, por lo que el sillón de Rivadavia estaba desocupado. Esto no es menor, aunque explica el por qué en estos días estamos gobernados por una señora que nadie votó y ni siquiera conoce. Se trata de la esposa de Alperovich, el gobernador de Tucumán. Y la vamos a nombrar así nomás, esposa de, porque si tuviera méritos todos sabríamos de quién se trata.

Alperovich le habría ofrecido retapizar
el sillón, en gesto de agradecimiento.

Lo curioso de esta señora es que hace poco tiempo nomás votó a favor de que se formara una comisión para que Boudou fuera investigado, contraria a su partido y coincidiendo con el bloque radical de la cámara. Dijo que votó así por error. Y lo peor, antes de eso había dicho públicamente que no sabía bien qué hacer como presidenta del senado, cuando Cristina la nombró para ese puesto, para afirmar que no tiene ni idea de su trabajo. Menos mal que es autocrítica, Señora de Alperovich, porque ahora tiene una responsabilidad que solo afecta a 40 millones de argentinos.