El tipo venía rápido pensando en lo bien que se agarraban las cubiertas. Hasta que el copiloto le cantó derecha de tres y era izquierda de tres. Lo malo es que era un camino de montaña. Derrapó un poco y se le fue de cola. Justo en el precipicio. Pero cuando no tenés que irte, no hay nada que te lleve.
jueves, 16 de agosto de 2012
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