viernes, 23 de noviembre de 2012

Fondos buitres: seguimos siendo carne de cañón


Parece que la cosa se pone complicada nuevamente con la deuda externa. Resulta que los fondos que no adhirieron al convenio de 2005 que ofreció el país, y que se reabrió en 2010, a los que se llama fondos buitres, encontraron un fallo a su favor en un juzgado neoyorquino, del juez Griesa, que nos obligaría a pagar 1300 palos verdes, además de los 3000 que hay que poner como cuota para los del convenio.
"Con esta cara te lavo, te plancho y te
envuelvo para regalo"
También están los que reclaman rechazando la idea de ser fondos buitres sino todo lo contrario, dicen algunos que son jubilados, fondos de retiro, que esperaban financiar sus jubilaciones con lo que ellos entendían que eran bonos seguros. 
Entre los buitres, el fondo NML Capital es el que impulsó el embargo de la fragata Libertad, retenida en un puerto de Ghana desde hace casi dos meses. Este fondo buitre reclama cerca de 700 millones de dólares que, sumados a lo que piden los representantes de los fondos de los jubilados, alcanzaría a los 1300 millones. Estos tipos se dedican a comprar bonos de deuda (que serían compromisos de pago, casi Pagarés, que emiten los países y los venden en los mercados) de instituciones y países que están en pésimas situaciones económicas y con gran riesgo de incumplimiento, por lo que los pagan bastante menos de su valor nominal. De ahí que se los llama fondos buitres, porque están siempre rondando donde las circunstancias son muy malas. Después, tratan de cobrar el máximo valor posible por el camino más conveniente. Este caso, reclaman el cien por ciento del valor por bonos que compraron seguramente en menos del treinta por ciento. Claro que hace más de diez años.
"No le garpo a nadie, ni a los buitres
ni a los gobernadores ni a nadie"
Cristina dice que "no se va a rendir ante los 'fondos buitre'" y no les "va a pagar de ninguna manera", aunque Argentina cuente con  "suficientes fondos, entre los que se incluyen los 40.000 millones de dólares de reservas". Pero parece no ser tan sencillo porque, según el juez, podría embargar el pago de las cuotas de lo ya convenido con los que adhirieron al convenio en 2005 y 2010. Lo que derrumbaría todo lo logrado a partir de esos acuerdos de pago que se vienen honrando desde 2005. Claro que la situación económica actual no es igual a la de 2002. Hoy, el país no recibe mucho financiamiento externo porque su nivel de riesgo sigue siendo alto, con lo que un nuevo default sería menos incisivo y hasta mucho más tolerable. Ya no dependemos tanto de lo externo. Pero tendría un gran impacto en la economía y no se sabe bien cómo resultaría.
"¿Pagar nosotros? Imposible, no estamos
acostumbrados a sacar la billetera",
habría dicho el ministro de economía.
Por ejemplo, el fallo del juez Griesa, que tiene una cara de garca descomunal, generó una baja en la bolsa de valores argentina. Esto significa que las empresas hoy valen menos porque su cotización se a reducido producto de la disminución de los índices de confiabilidad en el país. Si tenías una empresa que valía 100 pesos la semana pasada, hoy vale 97 y menos. Y esto puede seguir afectando a todos los argentinos en muchas otras cosas.
También deprimió el valor de los bonos argentinos que están dando vueltas en los mercados y, si el riesgo país sube, las tasas de financiación también. Y con eso, la compra en cuotas con tarjeta de crédito, el descubierto en los bancos, la financiación de los autos, etc. Si le sumás que ya todo eso está muy alto, y que tenemos una inflación real del 25%, el panorama no es de lo más alentador.
Por supuesto que los abogados que nos representan (y que cobran porcentajes de los reclamos, hacé números) ya están gestionando otra instancia de apelación, aunque el mismo juez dijo que hay que hacer las cosas rápido para que Argentina no tenga tiempo para armar defensas muy sustentadas. Lógicamente, Griesa no está muy de nuestro lado. La semana pasada los representantes nacionales en su corte le pidieron que suspenda el fallo hasta tanto la corte considerara la solicitud argentina para revisarlo. Y el tipo los rechazó diciendo que normalmente aprobaría el pedido,  pero en este caso y teniendo en cuenta los dichos de funcionarios del gobierno e incluso de la presidenta que dicen que no vamos a pagar nada a los tenedores de bonos impagos.
La fecha límite de pago que fijó el juez es el 15 de diciembre. Y casualmente coincide con la de pago del convenio. Y dijo "No es una injusticia tener fallos jurídicos que, por fin, implican que Argentina debe pagar las deudas que debe. Después de diez años de litigio esto es un resultado justo".
Por nuestro bien, esperemos que a alguien convincente se le caiga una idea que nos deje a todos más o menos conformes y tranquilos.

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